La pasión por el oficio: Policía RAID

Policias Raid preparando un descenso

La pasión por el oficio: Policía RAID

La unidad de élite de la policía francesa RAID (Research, Assistance, Intervention, Deterrence) fue fundada en 1985 y actualmente está dirigida por Jean-Michel FAUVERGUE, bajo la autoridad directa del Director General de la policía nacional francesa (Ministerio del Interior). La RAID es la unidad central de las FIPN (Fuerzas de Intervención de la Policía Nacional), grupo creado en el 2009 y que integra «unidades regionales satélite»: las siete GIPN de los centros urbanos principales, que actualmente se denominan «satélites RAID» (Marsella, Lyon, Lille, Estrasburgo, Rennes, Burdeos y Niza) y la BRI-BAC en París (Brigada Anticriminal). La competencia de la RAID se extiende por todo el territorio francés. Sus misiones se centran en las áreas de: Investigación (Research), localización de individuos en búsqueda y captura; Asistencia (Assistance) a los demás servicios de la policía (operativa o poniendo a su disposición medios técnicos); Intervención (Intervention) operativa, detención de individuos peligrosos, protección de personalidades importantes o en grandes eventos…); y Disuasión (Deterrence), algunas situaciones de riesgo se solucionan al anunciar la llegada de la RAID.

Entrevista a David, comandante del grupo de asaltos de la RAID:

Unidad de élite

«La diversidad de nuestras misiones explica por sí misma el nivel exigido para poder ser miembro de esta unidad. Nuestros equipos están compuestos por profesionales que tienen gran experiencia en misiones policiales, con un nivel deportivo muy superior a la media, que saben gestionar situaciones de crisis graves, pero también son especialistas de alto nivel en cinco áreas: paracaidismo, submarinismo, allanamiento de morada, sniping (tiro de alta precisión) y escalada.»

¿Se tiene que ser un apasionado en cada especialidad para convertirse en policía de la RAID?

«Sí, pero lo primero y más importante es ser un apasionado del oficio de policía para desarrollar las cualidades exigidas por un servicio como el de la RAID. La palabra policía por sí misma evoca pasión, ya que desempeñamos todos un oficio de gran riesgo, a través de situaciones difíciles y peligrosas. En nuestro día a día, la rutina no existe.

No tenemos todos el mismo recorrido profesional, pero sí que tenemos un bagaje enorme, que completamos después al superar las pruebas de selección mediante una formación inicial de cuatro meses y entrenamientos intensivos. Todos tenemos un nivel físico mínimo, ya que las operaciones pueden ser muy exigentes, por el peso de nuestro material individual (35 kg), por su duración (solemos trabajar más de diez horas seguidas) y de la concentración que se necesita. Se tiene que estar constantemente hiperconcentrado con un control máximo de sí mismo, no nos podemos permitir ninguna falta de atención. Este oficio requiere un compromiso en el momento, precisión de gestos y una capacidad de reaccionar instantánea.

Antes incluso de ser contratados, los hombres de la RAID han tenido que superar pruebas sobre el terreno, ya sea en la PJ (policía judicial), en la DCRI (asuntos interiores), en la BAC (brigada anticriminal), en el CRS (policía antidisturbios) o en otros grupos de intervención. La riqueza de estas diferentes experiencias nos lleva a adquirir una gran tecnicidad en numerosas áreas.»

¿Por qué existe un grupo de escalada dentro de la RAID?

«Este grupo está compuesto por treinta operadores dirigidos por un oficial. Veintiocho funcionarios procedentes de la sección de intervención y dos del grupo técnico, lo que nos permite recopilar información mediante la instalación de cámaras o de micros. En intervención, las misiones del grupo de escalada son diversas: impedir la fuga de una persona, que salte por la ventana, o como en una situación que viví yo personalmente, evacuar a los niños por la ventana. Este grupo debe ser capaz de proporcionar una solución adicional para hacerse cargo de una situación peligrosa, como durante una crisis de toma de rehenes en altura o cuando un sospechoso violento se atrinchera en un lugar. Muchas veces necesitamos encontrar una solución para entrar dentro de un edificio, sin contar con las entradas principales. Nuestra solución puede ser complementaria a las acciones llevadas a cabo por los compañeros o a veces se considera la alternativa. Pero nuestra acción siempre se pone en marcha después del estudio de un plan táctico.»

«Nuestras operaciones no son mediáticas, pero el caso de un suicida plantea una situación muy compleja, ya que se trata no sólo de detener a una persona que está alterando el orden público, sino que además va armada, y representa un peligro para nosotros y para sí misma, así que debemos intervenir en altura y sin atentar contra su integridad física.

Una de estas misiones sucedió en el decimotercer piso y el último piso de un edificio de los afueras de París. Los bomberos siempre están presentes cuando alguien amenaza en suicidarse. La persona se encontraba en un estado psicológico de gran angustia y había destruido todas las cañerías de su piso porque pensaba que alguien le estaba intentando envenenar a través del suministro de agua. Había agua por todas partes en el edificio, una razón adicional para que estuvieran presentes tanto los bomberos como la policía.

Todos los contactos fracasaron, ya que el hombre se negaba a cooperar y amenazaba con matar a quien se atreviera a entrar en su casa. No sabíamos lo que pasaba en el interior, ni el número de personas ni si había niños. Se solicitó la intervención de la RAID. Nos situamos en el tejado para tener controladas las tres ventanas del piso. El ayuntamiento nos había entregado los planos del edificio y del piso. Estudiamos cada uno de los detalles para preparar nuestro plan de acción.

La negociación fracasó. Estaba tan desesperado que fue imposible hacerle razonar. La puerta estaba atrancada y oímos desplazamiento de muebles detrás de la puerta. La misión consistía en entrar por las ventanas y neutralizarlo. Nos dimos cuenta de que llevaba un cuchillo de cocina. Aprovechamos un momento en el que el individuo nos dio la espalda para forzar las ventanas, poder introducirnos en el interior y detenerle.

Resolver este tipo de situación es muy complejo. Nuestro objetivo es que la persona no llegue a lesionarse, pero a la vez nosotros debemos protegernos. En medios verticales, el escenario se complica todavía más y limita los medios para actuar. En el vacío, cualquier intervención puede requerir un esfuerzo físico muy exigente. Esta operación acabó bien, el hombre se pudo detener, se le acompañó ante la policía local y se le llevó ante los tribunales.

Se  ponen en marcha todos los mecanismos necesarios para impedir que estas situaciones lleguen a un punto de no-retorno. Nuestra misión también consiste en brindar otra oportunidad a la persona a pesar de la desesperación de las circunstancias. Debemos ofrecerle la posibilidad de sobrevivir a la situación aunque vayan armados.»

Fuente: www.petzl.com